Cuando en la tarde ninguna voz
Atraviesa la muralla
Y pronuncia una palabra
Que me saque de mí
Da igual que si mi casa estuviera sembrada
En un risco
Más allá de los diez mil peldaños.
Ermitaño a mi pesar
En el desierto como en una plaza de mercado.
Recibo las noticias al atardecer
¿Dónde fueron a dar sueños
Que no sean sueños de objetos?
En el desierto como en una plaza de mercado.
Nuestras almas ajenas
Tropezando a ciegas
Una al lado de otra,
-Cada vez más lejos-
Nada hay que esperar
De esta deriva.
Cada cual da
Su propio valor a las palabras.
Babel es una torre
En las fronteras de un lenguaje perdido.
domingo, 14 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Que buen blog
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