domingo, 14 de septiembre de 2008

Ermitaño en Babel

Cuando en la tarde ninguna voz
Atraviesa la muralla
Y pronuncia una palabra
Que me saque de mí

Da igual que si mi casa estuviera sembrada
En un risco
Más allá de los diez mil peldaños.

Ermitaño a mi pesar

En el desierto como en una plaza de mercado.
Recibo las noticias al atardecer

¿Dónde fueron a dar sueños
Que no sean sueños de objetos?

En el desierto como en una plaza de mercado.

Nuestras almas ajenas
Tropezando a ciegas
Una al lado de otra,
-Cada vez más lejos-

Nada hay que esperar
De esta deriva.

Cada cual da
Su propio valor a las palabras.

Babel es una torre
En las fronteras de un lenguaje perdido.