Fácil es rendirse a una esperanza
Salida de una caja de sorpresas.
Una tarde azul, una mujer
Alisa los pliegues de su falda para ti.
Inevitable saborear el aire en torno suyo.
Ya gravitas como un asteroide,
Ya creces como un árbol
Hacia el tono de su aura.
Es ligero el viento entre las costillas,
Gris el color de la materia gris.
Las palabras son caravanas de intenciones.
Emigras del fragmento que habitabas
Bien o mal.
Anudas los ritmos,
Aprendes a caminar a otro paso,
Te vas de ti hacia ella.
Nada restituye lo que entregas.
El despertador anula los segundos,
Das vueltas en la cama.
No puedes cancelar los pactos,
Te has desalojado.
Lo difícil de cambiar la propia sombra
Por la sombra ajena,
Es volver de nuevo y solo al cuerpo.
sábado, 16 de agosto de 2008
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