domingo, 14 de septiembre de 2008
Ermitaño en Babel
Cuando en la tarde ninguna voz
Atraviesa la muralla
Y pronuncia una palabra
Que me saque de mí
Da igual que si mi casa estuviera sembrada
En un risco
Más allá de los diez mil peldaños.
Ermitaño a mi pesar
En el desierto como en una plaza de mercado.
Recibo las noticias al atardecer
¿Dónde fueron a dar sueños
Que no sean sueños de objetos?
En el desierto como en una plaza de mercado.
Nuestras almas ajenas
Tropezando a ciegas
Una al lado de otra,
-Cada vez más lejos-
Nada hay que esperar
De esta deriva.
Cada cual da
Su propio valor a las palabras.
Babel es una torre
En las fronteras de un lenguaje perdido.
Atraviesa la muralla
Y pronuncia una palabra
Que me saque de mí
Da igual que si mi casa estuviera sembrada
En un risco
Más allá de los diez mil peldaños.
Ermitaño a mi pesar
En el desierto como en una plaza de mercado.
Recibo las noticias al atardecer
¿Dónde fueron a dar sueños
Que no sean sueños de objetos?
En el desierto como en una plaza de mercado.
Nuestras almas ajenas
Tropezando a ciegas
Una al lado de otra,
-Cada vez más lejos-
Nada hay que esperar
De esta deriva.
Cada cual da
Su propio valor a las palabras.
Babel es una torre
En las fronteras de un lenguaje perdido.
Jinete del Tao
Harto de nadar contra la corriente,
Contemplo su vastedad.
La corriente es el sentido.
Harto de hacer resistencia.
De imponer a toda costa mi deseo,
De falsificar las palabras.
Harto del pensamiento,
Me dejo llevar
Donde la corriente me lleve.
La corriente del tiempo.
Dibujos en las nubes.
Personas.
El trabajo de la sangre.
Soy esta caricia
Sobre un tejido sin fin.
La sabiduría estriba
en una cabalgadura sin contornos.
¿Se deja cambiar la vida en juego?
Contemplo su vastedad.
La corriente es el sentido.
Harto de hacer resistencia.
De imponer a toda costa mi deseo,
De falsificar las palabras.
Harto del pensamiento,
Me dejo llevar
Donde la corriente me lleve.
La corriente del tiempo.
Dibujos en las nubes.
Personas.
El trabajo de la sangre.
Soy esta caricia
Sobre un tejido sin fin.
La sabiduría estriba
en una cabalgadura sin contornos.
¿Se deja cambiar la vida en juego?
jueves, 11 de septiembre de 2008
Invitado de piedra al banquete de Platón
Al filo de cientos de páginas
Devoradas
Con el furor de un presidiario
Bordeo mundos paralelos.
Mis amigos son fantasmas
De fantasmas.
Escucho mujeres
con piel de adjetivo,
Que repiten el mismo diálogo
En la misma página.
Soy viajero
Extraviado sobre hipérboles,
Vagabundo de los verbos,
Invitado de piedra
En el banquete de Platón.
Habré cambiado por palabras
una vida intacta.
¿Que relato puede haber en el libro cerrado,
En el libro sin hojas?
¿Qué distancia separa
Fantasía y realidad
Si la frontera
Es un encordado de letras?
¿Donde habría llegado al paso de tortuga
Que ha mirado cada hito del sendero,
Cada punto,
Cada coma?
Devoradas
Con el furor de un presidiario
Bordeo mundos paralelos.
Mis amigos son fantasmas
De fantasmas.
Escucho mujeres
con piel de adjetivo,
Que repiten el mismo diálogo
En la misma página.
Soy viajero
Extraviado sobre hipérboles,
Vagabundo de los verbos,
Invitado de piedra
En el banquete de Platón.
Habré cambiado por palabras
una vida intacta.
¿Que relato puede haber en el libro cerrado,
En el libro sin hojas?
¿Qué distancia separa
Fantasía y realidad
Si la frontera
Es un encordado de letras?
¿Donde habría llegado al paso de tortuga
Que ha mirado cada hito del sendero,
Cada punto,
Cada coma?
Judith
Al final de esta historia
La noche cae,
La niebla cae,
Cae el pensamiento
Sobre hechos relatados una y otra vez en desorden,
Como un rompecabezas
Que admite soluciones grotescas.
Por eso el temor de la noche.
En la oscuridad no sabes a quién tocas.
La amante se transforma,
Otra que quiere matar a su padre,
Sonríe con gesto desconocido,
Sobrepone viejos rencores,
Te envuelve delicadamente
Y dibuja el mapa de la venganza sobre tu pecho.
Por eso el temor de la noche.
La amante cuenta una historia
Mientras duermes,
Habla con tu cuerpo abandonado
Dando voz a tus respuestas.
En el sueño ves palabras que se ramifican,
Que se quiebran,
Que se incendian.
La noche cae,
La niebla cae,
Cae el pensamiento
Sobre hechos relatados una y otra vez en desorden,
Como un rompecabezas
Que admite soluciones grotescas.
Por eso el temor de la noche.
En la oscuridad no sabes a quién tocas.
La amante se transforma,
Otra que quiere matar a su padre,
Sonríe con gesto desconocido,
Sobrepone viejos rencores,
Te envuelve delicadamente
Y dibuja el mapa de la venganza sobre tu pecho.
Por eso el temor de la noche.
La amante cuenta una historia
Mientras duermes,
Habla con tu cuerpo abandonado
Dando voz a tus respuestas.
En el sueño ves palabras que se ramifican,
Que se quiebran,
Que se incendian.
Sermón Eléctrico
Un fantasma televisado hecho de puntos
Habla con entonación de cohete que despega:
“Hermanos, el cielo sobre vuestras cabezas os contempla”...
La cámara da un giro,
Las mujeres y los hombres lloran,
El ciego puede ver,
Un lisiado lanza sus muletas.
Quisiera creer
y pienso un árbol
De hojas eternas;
Quisiera creer
y pienso
En la mujer que amo
Quisiera creer
y me abruma
El tumulto de todo lo visible.
Mi alma tiene agujeros sin tamaño.
Quisiera creer en esto, en aquello,
Llevar una vida ordenada
Ordenar los pensamientos,
Refugiarme en un sistema.
Anoche soñé un barco de hierro,
Macizo, rojo, rectangular.
Era absurdo que avanzara
Tan velozmente sobre el agua,
Así mi vida arrojada sobre el tiempo.
Cada mañana olvido un sueño,
Cada tarde un símbolo se oscurece.
Quisiera creer y aunque no crea
Una voz hechizada me sostiene.
Habla con entonación de cohete que despega:
“Hermanos, el cielo sobre vuestras cabezas os contempla”...
La cámara da un giro,
Las mujeres y los hombres lloran,
El ciego puede ver,
Un lisiado lanza sus muletas.
Quisiera creer
y pienso un árbol
De hojas eternas;
Quisiera creer
y pienso
En la mujer que amo
Quisiera creer
y me abruma
El tumulto de todo lo visible.
Mi alma tiene agujeros sin tamaño.
Quisiera creer en esto, en aquello,
Llevar una vida ordenada
Ordenar los pensamientos,
Refugiarme en un sistema.
Anoche soñé un barco de hierro,
Macizo, rojo, rectangular.
Era absurdo que avanzara
Tan velozmente sobre el agua,
Así mi vida arrojada sobre el tiempo.
Cada mañana olvido un sueño,
Cada tarde un símbolo se oscurece.
Quisiera creer y aunque no crea
Una voz hechizada me sostiene.
martes, 26 de agosto de 2008
Somos cuatro
Sólo estoy, aquí conmigo.
Mi sombra se mira en el espejo y dice:
somos cuatro.
Es bueno estar en paz
Con los fantasmas, saber que esta noche
Es la mejor orilla del pasado
Y que nos hemos reunido finalmente
A salvo entre los libros.
Los recuerdos ronronean
Como el gato que fue todos los gatos
Y de nuevo devora al eterno ruiseñor.
Sabemos que mañana
La frágil tregua va a romperse
Y cada uno marchará por sus asuntos.
Las sombras promiscuas,
Fundidas en su vecindario de sombras.
El reflejo nadará por su universo paralelo
Emergiendo a tomar aire en cada espejo.
Y yo, el de éste lado
Disperso entre los actos, las palabras,
Los tumultos,
Sabré ocuparme
De salvar las apariencias.
Mi sombra se mira en el espejo y dice:
somos cuatro.
Es bueno estar en paz
Con los fantasmas, saber que esta noche
Es la mejor orilla del pasado
Y que nos hemos reunido finalmente
A salvo entre los libros.
Los recuerdos ronronean
Como el gato que fue todos los gatos
Y de nuevo devora al eterno ruiseñor.
Sabemos que mañana
La frágil tregua va a romperse
Y cada uno marchará por sus asuntos.
Las sombras promiscuas,
Fundidas en su vecindario de sombras.
El reflejo nadará por su universo paralelo
Emergiendo a tomar aire en cada espejo.
Y yo, el de éste lado
Disperso entre los actos, las palabras,
Los tumultos,
Sabré ocuparme
De salvar las apariencias.
sábado, 16 de agosto de 2008
La canción de las sirenas
Me pierde la canción que me desvela.
G. Quessep
Ulises se hizo atar al mástil de su nave
Para escuchar impune la canción de las sirenas
No soy Ulises
Pero estoy atado a un sueño,
A una promesa sin palabras.
Algo espera y llama,
¿Dónde?
No lo sé.
Oscuro es el destino.
En vano interrogo el fondo de mi taza de café.
Los signos ofrecen pronósticos ambiguos.
Veo un corazón desde su sombra,
Sujeto por una tensa cuerda
A una estrella que se aleja.
Veo unos ojos que me miran
Desde órbitas de piedra,
Una mujer que cierra una ventana.
No habré escuchado impune esa canción.
Estoy atado a una columna,
Me buscan flechas,
Susurros.
Frases de un idioma que no hablo,
Días y noches de resplandor naranja,
La ciudad donde soy un extranjero.
En suspenso bajo el cielo,
El tiempo me deslíe.
Las mujeres van y vienen,
Las promesas se olvidan.
Las canciones vuelven a inventarse
Con fragmentos cosidos una y otra vez,
Tomados del cielo, de la tierra.
Cantados por la voz de alguien
Que buscábamos como a tientas
Por un mercado bullicioso.
Y así voy por el mar, por las ciudades,
El exceso de criaturas me confunde.
Un temblor en el silencio me sujeta
A la cosa sin contornos que es mi vida.
No habré escuchado impune esa canción.
G. Quessep
Ulises se hizo atar al mástil de su nave
Para escuchar impune la canción de las sirenas
No soy Ulises
Pero estoy atado a un sueño,
A una promesa sin palabras.
Algo espera y llama,
¿Dónde?
No lo sé.
Oscuro es el destino.
En vano interrogo el fondo de mi taza de café.
Los signos ofrecen pronósticos ambiguos.
Veo un corazón desde su sombra,
Sujeto por una tensa cuerda
A una estrella que se aleja.
Veo unos ojos que me miran
Desde órbitas de piedra,
Una mujer que cierra una ventana.
No habré escuchado impune esa canción.
Estoy atado a una columna,
Me buscan flechas,
Susurros.
Frases de un idioma que no hablo,
Días y noches de resplandor naranja,
La ciudad donde soy un extranjero.
En suspenso bajo el cielo,
El tiempo me deslíe.
Las mujeres van y vienen,
Las promesas se olvidan.
Las canciones vuelven a inventarse
Con fragmentos cosidos una y otra vez,
Tomados del cielo, de la tierra.
Cantados por la voz de alguien
Que buscábamos como a tientas
Por un mercado bullicioso.
Y así voy por el mar, por las ciudades,
El exceso de criaturas me confunde.
Un temblor en el silencio me sujeta
A la cosa sin contornos que es mi vida.
No habré escuchado impune esa canción.
Caja de pandora
Fácil es rendirse a una esperanza
Salida de una caja de sorpresas.
Una tarde azul, una mujer
Alisa los pliegues de su falda para ti.
Inevitable saborear el aire en torno suyo.
Ya gravitas como un asteroide,
Ya creces como un árbol
Hacia el tono de su aura.
Es ligero el viento entre las costillas,
Gris el color de la materia gris.
Las palabras son caravanas de intenciones.
Emigras del fragmento que habitabas
Bien o mal.
Anudas los ritmos,
Aprendes a caminar a otro paso,
Te vas de ti hacia ella.
Nada restituye lo que entregas.
El despertador anula los segundos,
Das vueltas en la cama.
No puedes cancelar los pactos,
Te has desalojado.
Lo difícil de cambiar la propia sombra
Por la sombra ajena,
Es volver de nuevo y solo al cuerpo.
Salida de una caja de sorpresas.
Una tarde azul, una mujer
Alisa los pliegues de su falda para ti.
Inevitable saborear el aire en torno suyo.
Ya gravitas como un asteroide,
Ya creces como un árbol
Hacia el tono de su aura.
Es ligero el viento entre las costillas,
Gris el color de la materia gris.
Las palabras son caravanas de intenciones.
Emigras del fragmento que habitabas
Bien o mal.
Anudas los ritmos,
Aprendes a caminar a otro paso,
Te vas de ti hacia ella.
Nada restituye lo que entregas.
El despertador anula los segundos,
Das vueltas en la cama.
No puedes cancelar los pactos,
Te has desalojado.
Lo difícil de cambiar la propia sombra
Por la sombra ajena,
Es volver de nuevo y solo al cuerpo.
Scherezada
Pensar la vida es tejer el relato de choques y caídas. Reflujo de un río en la proximidad del océano.
Horror y emoción insisten bajo cada resplandor de espuma. Somos empujados por una corriente de voces antiguas.
Habla Scherezada de mis noches, cuéntame tus paisajes y tus fábulas.
Hazme familiar el vacío.
Haz de la vida y la muerte una historia pronunciada dulcemente.
Las estrellas asoman por la ventana, y se aproxima la hora
en que somos empleados de la contabilidad infinita.
Pensar la vida es ordenar los colores, conjugar apariciones,
urdir fábulas, hibridar palabras. Oponer a lo desconocido una baraja de trucos.
Saborear el don de los actos.
Sobrevivir, llevado por un deseo loco, que recorre los linderos del mundo haciendo metáforas de su presencia.
Háblame Scherezada, que te oiga. Ésta noche es sola. Dios se ha marchado.
Recuerdos y voces regresan como un rumor de vastos recorridos.
No se siente la vida, solo el silencio y la niebla que avanzan sobre el cuerpo.
Horror y emoción insisten bajo cada resplandor de espuma. Somos empujados por una corriente de voces antiguas.
Habla Scherezada de mis noches, cuéntame tus paisajes y tus fábulas.
Hazme familiar el vacío.
Haz de la vida y la muerte una historia pronunciada dulcemente.
Las estrellas asoman por la ventana, y se aproxima la hora
en que somos empleados de la contabilidad infinita.
Pensar la vida es ordenar los colores, conjugar apariciones,
urdir fábulas, hibridar palabras. Oponer a lo desconocido una baraja de trucos.
Saborear el don de los actos.
Sobrevivir, llevado por un deseo loco, que recorre los linderos del mundo haciendo metáforas de su presencia.
Háblame Scherezada, que te oiga. Ésta noche es sola. Dios se ha marchado.
Recuerdos y voces regresan como un rumor de vastos recorridos.
No se siente la vida, solo el silencio y la niebla que avanzan sobre el cuerpo.
lunes, 11 de agosto de 2008
Prólogo de Juan Manuel Roca
Que en un censo de reflejos y de reflejados hay más “imágenes que espejos” para quien tiene unalma única, es parte de un secreto que develan los poemas y los dibujos del libro Círculo hechizado, la obra de Darío Villegas que funciona como una totalidad, en la que los trazos de un dibujante hacen de bisagra en la puerta de sus versos y las palabras hacen de bisagra en la puerta de sus trazos. Flota en todo el libro una atmósfera en que lo perdido, lo escondido, regresa sin el estímulo de nadie pero al conjuro de la palabra.
Poemas y dibujos tienen la impronta del sueño, de una materia intangible. Sombras que son prolongación de espejos ciegos, sombras enmascaradas, sombras caminando entre otras sombras. La de Darío Villegas y su Círculo hechizado es una larga y solitaria pregunta por el devenir, una voz que se da en círculos como los trazados por la pedrada en el agua, que huye de su centro y a su centro regresa.
No es una poesía complaciente, ni en su lenguaje ni en sus exploraciones por el tiempo y el vacío, ni en el aserto de verdades fáciles, compartibles. Sus dibujos, con algo de sombra chinesca y vocación de mezzatinta, son un silabario hecho de trazos dictados por una fuerza oculta, acaso forjados en la lengua del sueño. Decapitados o abolidos dioses visitan a Villegas en un plano lingüístico y en un plano plástico, y casi siempre se entrelazan.
De ese talante es la poesía de Villegas, tanto la escrita como la dibujada en sus puntos de fuga. Hace y recibe guiños de lo intangible mientras tiende una cuerda tensa por donde caminar entre los hilos del lenguaje y los hilos de la niebla.
Poemas y dibujos tienen la impronta del sueño, de una materia intangible. Sombras que son prolongación de espejos ciegos, sombras enmascaradas, sombras caminando entre otras sombras. La de Darío Villegas y su Círculo hechizado es una larga y solitaria pregunta por el devenir, una voz que se da en círculos como los trazados por la pedrada en el agua, que huye de su centro y a su centro regresa.
No es una poesía complaciente, ni en su lenguaje ni en sus exploraciones por el tiempo y el vacío, ni en el aserto de verdades fáciles, compartibles. Sus dibujos, con algo de sombra chinesca y vocación de mezzatinta, son un silabario hecho de trazos dictados por una fuerza oculta, acaso forjados en la lengua del sueño. Decapitados o abolidos dioses visitan a Villegas en un plano lingüístico y en un plano plástico, y casi siempre se entrelazan.
De ese talante es la poesía de Villegas, tanto la escrita como la dibujada en sus puntos de fuga. Hace y recibe guiños de lo intangible mientras tiende una cuerda tensa por donde caminar entre los hilos del lenguaje y los hilos de la niebla.
Círculo hechizado
para L D
Hay más estrellas que puentes.
Más instantes que deseos ocultos.
Más secretos que palabras.
Cada grano de arena tiene un nombre.
Un destino que transcurre
entre la playa.
Hay tantas olas como formas sucesivas
para las nubes que pasan.
Tantas sombras como ideas que los hombres repiten
mientras cae la tarde.
Hay más vacío que sueños.
Más imágenes que espejos.
Sólo mi alma parece una,
sola,
un instante,
un círculo,
antes de fundirse
en el clamor innumerable.
Hay más estrellas que puentes.
Más instantes que deseos ocultos.
Más secretos que palabras.
Cada grano de arena tiene un nombre.
Un destino que transcurre
entre la playa.
Hay tantas olas como formas sucesivas
para las nubes que pasan.
Tantas sombras como ideas que los hombres repiten
mientras cae la tarde.
Hay más vacío que sueños.
Más imágenes que espejos.
Sólo mi alma parece una,
sola,
un instante,
un círculo,
antes de fundirse
en el clamor innumerable.
Buque fantasma
Otra vez como otras tantas noches
evocas el mar, llamas a tu sombra,
le pides que lea en el orden de la arena,
Que descifre para ti las viejas piedras.
El mar repite su espuma, insiste
y esa voz impenetrable es tu voz.
Contemplas el espejo en que te ausentas.
¿Qué profundidad podría devolverte luz
entre apretados átomos,
desde abismos superpuestos?
¿Cómo hacer un hombre de tanta cosa dispersa?
Una sobre otra avanzan oleadas de palabras,
Las historias, las promesas, las preguntas.
Apenas pronunciadas regresan al mar incalculable.
Los fantasmas de las horas felices
Y de las horas trágicas
danzan sobre el puente de un buque.
El abismo recoge las formas que se hunden.
evocas el mar, llamas a tu sombra,
le pides que lea en el orden de la arena,
Que descifre para ti las viejas piedras.
El mar repite su espuma, insiste
y esa voz impenetrable es tu voz.
Contemplas el espejo en que te ausentas.
¿Qué profundidad podría devolverte luz
entre apretados átomos,
desde abismos superpuestos?
¿Cómo hacer un hombre de tanta cosa dispersa?
Una sobre otra avanzan oleadas de palabras,
Las historias, las promesas, las preguntas.
Apenas pronunciadas regresan al mar incalculable.
Los fantasmas de las horas felices
Y de las horas trágicas
danzan sobre el puente de un buque.
El abismo recoge las formas que se hunden.
Nunca sabes
Memoria de Fabián Rendón
Nunca sabes cuando es la última vez
que te despides.
Siempre esperas el retorno.
Después de un café,
en medio de una larga conversación
interrumpida por campanas de borroso presagio;
un tren anuncia su partida
hacia una estación fuera de tu ruta.
Aquí te quedas,
esperando a que lo perdido regrese.
Cualquier día más tarde ,alguno te suelta la noticia:
eres tú quien viaja
de este lado del tiempo y del espacio
entre la niebla.
Y es que no sabes cuando es la última vez
que te despides,
Inventarías alguna precaución:
una carta, una fotografía, más,
¿Esto de qué sirve
si a veces vuelven las personas
pero se ha marchado
lo intangible?
Nunca sabes cuando es la última vez
que te despides.
Siempre esperas el retorno.
Después de un café,
en medio de una larga conversación
interrumpida por campanas de borroso presagio;
un tren anuncia su partida
hacia una estación fuera de tu ruta.
Aquí te quedas,
esperando a que lo perdido regrese.
Cualquier día más tarde ,alguno te suelta la noticia:
eres tú quien viaja
de este lado del tiempo y del espacio
entre la niebla.
Y es que no sabes cuando es la última vez
que te despides,
Inventarías alguna precaución:
una carta, una fotografía, más,
¿Esto de qué sirve
si a veces vuelven las personas
pero se ha marchado
lo intangible?
Punto de fuga
Para A G
Lo último que resta, un número de teléfono
sobre el que doy vueltas una y otra vez .
¿Qué diré cuando estés del otro lado?
Probablemente un informe del tiempo:
Esta noche, lluvia de estrellas.
La luna oculta
con sus fábricas de sueños en inventario.
Esta noche, sombras superpuestas
como páginas de un libro que el insomnio lee.
Esta noche, un hombre baila sobre la baranda
de un puente, abajo la autopista.
¿un río de lodo o un trazado de luces?
En el contestador no hay una voz
hay un timbre, alguien llamó y no quiso
o no pudo decir nada.
¿Fué un vendedor a plazos de cosas inútiles?
¿Acaso el ángel que arranca el séptimo sello?
¿Tú,
Ahora que vivimos sin amor y sin palabras?
El tiempo se detiene para un hombre encerrado
en el instante previo al silencio.
El tiempo lanzado hacia atrás
comparando versiones,
puntos de fuga.
Lo último que resta, un número de teléfono
sobre el que doy vueltas una y otra vez .
¿Qué diré cuando estés del otro lado?
Probablemente un informe del tiempo:
Esta noche, lluvia de estrellas.
La luna oculta
con sus fábricas de sueños en inventario.
Esta noche, sombras superpuestas
como páginas de un libro que el insomnio lee.
Esta noche, un hombre baila sobre la baranda
de un puente, abajo la autopista.
¿un río de lodo o un trazado de luces?
En el contestador no hay una voz
hay un timbre, alguien llamó y no quiso
o no pudo decir nada.
¿Fué un vendedor a plazos de cosas inútiles?
¿Acaso el ángel que arranca el séptimo sello?
¿Tú,
Ahora que vivimos sin amor y sin palabras?
El tiempo se detiene para un hombre encerrado
en el instante previo al silencio.
El tiempo lanzado hacia atrás
comparando versiones,
puntos de fuga.
Sombra enmascarada
Esta noche he visto pasar
mi propia sombra;
iba sola por la calle
abandonada de su cuerpo,
abandonada de palabras.
Cantando una canción de silencio
sólo para sí.
Entonaba su largo paréntesis,
sus interminables puntos suspensivos.
Apenas podía distinguirla
Mezclada entre otras sombras
sumergida entre los charcos,
contando piedrecitas,
saltando entre canecas de basura.
Mi sombra enmascarada
vagaba absorta en su vacío,
de hito en hito de su nada.
Soy la sombra de esa sombra.
mi propia sombra;
iba sola por la calle
abandonada de su cuerpo,
abandonada de palabras.
Cantando una canción de silencio
sólo para sí.
Entonaba su largo paréntesis,
sus interminables puntos suspensivos.
Apenas podía distinguirla
Mezclada entre otras sombras
sumergida entre los charcos,
contando piedrecitas,
saltando entre canecas de basura.
Mi sombra enmascarada
vagaba absorta en su vacío,
de hito en hito de su nada.
Soy la sombra de esa sombra.
Tempestad muda
Mentiría si dijera que la vida
ha llegado a su montaña más alta,
tampoco se hunde en su más oscura
profundidad.
El símbolo más propio sería la extensión.
Autopista interminable
de hitos semejantes, de ramificaciones
a lo idéntico, donde conocer un fragmento
es haberlo visto todo.
Sol detenido en el cenit,
Sol que desnuda las cosas,
que pule brillos en el polvo.
Mentiría si dijera que con una brújula,
que tal vez un mapa, que un automóvil
más veloz, que después de la espera algo
o alguien va a sacarme de aquí.
Mentiría si dijera que sé donde estoy,
como he llegado.
Sol que dibuja espejismos, sol que arde
y diluye la memoria; antiguo Dios de los desiertos.
Sordo a las preguntas,
tu noticia me sedujo y señaló las vastedades de un imperio.
Soy un extranjero.
En éste cruce de caminos
Se desprenden las letras de mi nombre.
ha llegado a su montaña más alta,
tampoco se hunde en su más oscura
profundidad.
El símbolo más propio sería la extensión.
Autopista interminable
de hitos semejantes, de ramificaciones
a lo idéntico, donde conocer un fragmento
es haberlo visto todo.
Sol detenido en el cenit,
Sol que desnuda las cosas,
que pule brillos en el polvo.
Mentiría si dijera que con una brújula,
que tal vez un mapa, que un automóvil
más veloz, que después de la espera algo
o alguien va a sacarme de aquí.
Mentiría si dijera que sé donde estoy,
como he llegado.
Sol que dibuja espejismos, sol que arde
y diluye la memoria; antiguo Dios de los desiertos.
Sordo a las preguntas,
tu noticia me sedujo y señaló las vastedades de un imperio.
Soy un extranjero.
En éste cruce de caminos
Se desprenden las letras de mi nombre.
Sermón entre las piedras
A veces una idea se repite semanas, meses;
como una invocación, con la tenacidad de un mantra.
Es la ecuación del pensamiento menos uno.
Son unas Palabras por decir
dirigidas a una puerta cerrada.
Oleaje del mar.
Involuntario ritual de dioses abolidos.
Semejante obstinación reduce al silencio
toda voz ajena y así pasan multitudes
y acontecimientos que no se pueden ver ni oír.
El reloj se detiene en algún momento de la noche,
un sonámbulo recita su sermón entre las piedras:
Bienaventurado el basalto; Bienaventurado el granito;
Bienaventurada la obsidiana; porque yacen mas allá
de los deseos.
Bienaventurada la arena que se funde en multitudes.
Bienaventurada la roca negra suspendida en el cielo.
La roca oculta
de interior inmune al fuego.
como una invocación, con la tenacidad de un mantra.
Es la ecuación del pensamiento menos uno.
Son unas Palabras por decir
dirigidas a una puerta cerrada.
Oleaje del mar.
Involuntario ritual de dioses abolidos.
Semejante obstinación reduce al silencio
toda voz ajena y así pasan multitudes
y acontecimientos que no se pueden ver ni oír.
El reloj se detiene en algún momento de la noche,
un sonámbulo recita su sermón entre las piedras:
Bienaventurado el basalto; Bienaventurado el granito;
Bienaventurada la obsidiana; porque yacen mas allá
de los deseos.
Bienaventurada la arena que se funde en multitudes.
Bienaventurada la roca negra suspendida en el cielo.
La roca oculta
de interior inmune al fuego.
Volcán dormido
I
Supongamos que se trata de un volcán adentro
y presentimos la explosión que tarde o temprano
podría producirse.
Nunca.
La espera nos mantiene hipnotizados
mientras un fluir de sombras
desmigaja las estatuas.
¡Oh divino chacal!, mi alma pesa siete veces
lo que una pirámide, es como la costilla del León
en la garganta, como la mano de piedra
que en el sueño quiere trazar
su presencia sobre el polvo.
II
Haber oído tantas cosas no me sirve,
no conozco la palabra que despierta las cosas; solo insultos
lanzados sobre las terrazas y los puentes de las barcas.
Mi vida es amasar figuras de barro
que los hombres conservan en altares.
Figuras mudas de dioses mudos
a los que imploran favores que dan risa.
¡Volcán interior!
Me disuelves en el deseo extenuante,
Supongamos que se trata de un volcán adentro
y presentimos la explosión que tarde o temprano
podría producirse.
Nunca.
La espera nos mantiene hipnotizados
mientras un fluir de sombras
desmigaja las estatuas.
¡Oh divino chacal!, mi alma pesa siete veces
lo que una pirámide, es como la costilla del León
en la garganta, como la mano de piedra
que en el sueño quiere trazar
su presencia sobre el polvo.
II
Haber oído tantas cosas no me sirve,
no conozco la palabra que despierta las cosas; solo insultos
lanzados sobre las terrazas y los puentes de las barcas.
Mi vida es amasar figuras de barro
que los hombres conservan en altares.
Figuras mudas de dioses mudos
a los que imploran favores que dan risa.
¡Volcán interior!
Me disuelves en el deseo extenuante,
III
Presentir que nunca tuve la razón y si la tuve
no lo supe.
Vivir considerando que una mentira me sostiene.
Haber sido expulsado de la presencia sagrada.
Pero este Dios sin nombre, viento y trueno,
acecha donde vayan las palabras.
Heme aquí, tallado por mis padres y antes de ellos
por los suyos con trabajo y con vergüenza.
Soy el simulacro de vida que ha cantado, reído
y se ha embriagado entre mujeres
que desaparecen
antes que termine la noche.
Frente al río, al pié de la barca que rehuso
tomar, vuelvo sobre mis pasos atravesando aldeas dormidas
relatando a las piedras el motivo de mi insomnio:
ésta Duda que me lleva dócil al umbral
del único fuego encendido,
donde pido perdón por cualquier cosa.
IV
Sol radiante,
prometo olvidarte como olvidé tantas otras cosas:
mis juegos de niño, las lecciones recibidas.
Los apodos afectuosos, las mujeres que me amaron,
la dirección de mi casa y de mi vida.
Prometo olvidar y calentarme en la montaña más lejana ,
en mi montaña embrujada, que susurra uno por uno
los abismos del deseo.
Presentir que nunca tuve la razón y si la tuve
no lo supe.
Vivir considerando que una mentira me sostiene.
Haber sido expulsado de la presencia sagrada.
Pero este Dios sin nombre, viento y trueno,
acecha donde vayan las palabras.
Heme aquí, tallado por mis padres y antes de ellos
por los suyos con trabajo y con vergüenza.
Soy el simulacro de vida que ha cantado, reído
y se ha embriagado entre mujeres
que desaparecen
antes que termine la noche.
Frente al río, al pié de la barca que rehuso
tomar, vuelvo sobre mis pasos atravesando aldeas dormidas
relatando a las piedras el motivo de mi insomnio:
ésta Duda que me lleva dócil al umbral
del único fuego encendido,
donde pido perdón por cualquier cosa.
IV
Sol radiante,
prometo olvidarte como olvidé tantas otras cosas:
mis juegos de niño, las lecciones recibidas.
Los apodos afectuosos, las mujeres que me amaron,
la dirección de mi casa y de mi vida.
Prometo olvidar y calentarme en la montaña más lejana ,
en mi montaña embrujada, que susurra uno por uno
los abismos del deseo.
domingo, 13 de enero de 2008
A los hombres futuros
1
Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.
¡Qué tiempos estos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle,
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?
Es cierto que aún me gano la vida.
Pero, creedme, es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara, estaría
perdido.)
Me dicen: «¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!»
Pero ¿cómo puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.
Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia,
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
2
Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia. Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos sin mí. Lo sabía
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
3
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.
Bertolt Brecht(1938)
Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.
¡Qué tiempos estos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle,
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?
Es cierto que aún me gano la vida.
Pero, creedme, es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara, estaría
perdido.)
Me dicen: «¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!»
Pero ¿cómo puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.
Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia,
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
2
Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia. Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos sin mí. Lo sabía
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
3
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.
Bertolt Brecht(1938)
viernes, 11 de enero de 2008
Ciudades calcadas
De niño tuve calles, nubes de polvo,
Un tumulto de voces llamando fuera del hogar.
La estación de tren divisada
sobre los hombros de mi padre.
Promesa de viaje,
frontera de lo conocido.
Mas allá selvas y fieras,
ciudades vivientes,
paises de lujo y de barbarie.
¡Desmesura de las fábulas
en un borde de la tierra plana!.
Tuve calles, amigos, correrías,
juegos sobre trazados de ruinas,
persecuciones, salvajes alegrías.
Arrojé piedras a las aves,
conocí el sabor de la fruta robada y la mentira.
¿Cómo Platón olvidó
expulsar a los niños de la ciudad?
Una ciudad es un montón de piedras
y de intenciones antiguas.
Dibuja el círculo del cielo
con mirada atenta
mientras duerme.
Afuera,
lo innombrable.
II
He buscado lugar
cruzando pasos elevados,
a saltos sobre escalas de metal.
Varias cajas de libros y una cama
peregrinan conmigo de barrio en barrio,
de ciudad en ciudad.
Tuve casas con patio y con jardín,
habitaciones estrechas
visitadas por el amor.
Tuve esquinas y terrazas.
Encontré puertas para todos los deseos.
Siempre las mismas puertas cerradas
o abiertas a un incendio subterráneo.
Pasé por alto entonces
que las ciudades se calcan mutuamente.
La diferencia es un sinfín de nombres
desparramados sobre un mapa.
La diferencia es un listado
de filiaciones enemigas.
La diferencia es cada lugar
alumbrado por una conversación.
III
Ciudad de los pasos contados,
idénticos,
sin mas allá de la costumbre.
Ciudad de las vitrinas y de los espejos,
ciudad doble de los maniquíes,
ciudad triple de las sombras.
Mi rebeldía no tiene por donde caminar,
tropieza con las mercancías de una feria sin fin.
¿Cuántas veces he pensado en irme,
cuantas me fuí para regresar
en contra de los juramentos?
Los semáforos y las luces de los supermercados
permanecen encendidos semanas, meses.
Columnas de humo señalan un fuego que avanza.
Todo lo que busco cabe en un instante.
Me quedo,
No sabría que hacer en otra parte.
Un tumulto de voces llamando fuera del hogar.
La estación de tren divisada
sobre los hombros de mi padre.
Promesa de viaje,
frontera de lo conocido.
Mas allá selvas y fieras,
ciudades vivientes,
paises de lujo y de barbarie.
¡Desmesura de las fábulas
en un borde de la tierra plana!.
Tuve calles, amigos, correrías,
juegos sobre trazados de ruinas,
persecuciones, salvajes alegrías.
Arrojé piedras a las aves,
conocí el sabor de la fruta robada y la mentira.
¿Cómo Platón olvidó
expulsar a los niños de la ciudad?
Una ciudad es un montón de piedras
y de intenciones antiguas.
Dibuja el círculo del cielo
con mirada atenta
mientras duerme.
Afuera,
lo innombrable.
II
He buscado lugar
cruzando pasos elevados,
a saltos sobre escalas de metal.
Varias cajas de libros y una cama
peregrinan conmigo de barrio en barrio,
de ciudad en ciudad.
Tuve casas con patio y con jardín,
habitaciones estrechas
visitadas por el amor.
Tuve esquinas y terrazas.
Encontré puertas para todos los deseos.
Siempre las mismas puertas cerradas
o abiertas a un incendio subterráneo.
Pasé por alto entonces
que las ciudades se calcan mutuamente.
La diferencia es un sinfín de nombres
desparramados sobre un mapa.
La diferencia es un listado
de filiaciones enemigas.
La diferencia es cada lugar
alumbrado por una conversación.
III
Ciudad de los pasos contados,
idénticos,
sin mas allá de la costumbre.
Ciudad de las vitrinas y de los espejos,
ciudad doble de los maniquíes,
ciudad triple de las sombras.
Mi rebeldía no tiene por donde caminar,
tropieza con las mercancías de una feria sin fin.
¿Cuántas veces he pensado en irme,
cuantas me fuí para regresar
en contra de los juramentos?
Los semáforos y las luces de los supermercados
permanecen encendidos semanas, meses.
Columnas de humo señalan un fuego que avanza.
Todo lo que busco cabe en un instante.
Me quedo,
No sabría que hacer en otra parte.
¿Quien USA armas de destrucción masiva?
Preocupado por amenazas que se ciernen en estos días sobre el mundo entero (que por si acaso parece siempre estar mirando para otro lado) hice click para buscar alguna informacion sobre lo que nos espera ahora que el dólar cae, el petróleo sube y nos aterran con el holocausto nuclear. Encuentro en una pagina de información independiente llamada "nodo 50" que el uso de armas atómicas no es ninguna novedad.
Resulta que armas radioactivas se USAn hace rato. El funcionamiento de las centrales nucleares deja como resultado toneladas de basura radioactiva. La ingeniosa solución que han inventado para deshacerse de ella es emplearla como munición.
Municiones de uranio "empobrecido" fueron empleadas en Somalia, Yugoslavia, en la guerra del golfo y se emplean actualmente, por toneladas, en Afganistan e Irak. No solo matan en el momento de ser USAdas, sino que millones de casquillos de bala, cubiertas de vehículos y todo tipo de desechos de guerra siguen activos, irradiando y produciendo enfermedades malignas, inmunitarias y malformaciones geneticas durante miles de años.
¿Quienes recogen del suelo los objetos brillantes para jugar con ellos?
Para colmo de ironía, aquellos soldados que USAron aquel armamento contra personas de las que no sabían nada y a las que jamás habían visto, vuelven a casa como desapacibles veteranos de guerra a enfermar del alma y drogarse hasta el suicidio, enfermar del cuerpo y ser desatendidos por los hospitales o a transmitir un daño genético. Es espeluznante la estadística de nacimientos con malformaciones entre quienes tuvieron hijos despues de participar en la guerra del golfo( mas del60%) mientras su propio gobierno no hace nada por ellos, tiende sobre su suerte el silencio de los medios oficiales y los excluye de la realidad.
Así pagan las corporaciones del petróleo a quienes hacen las guerras en su nombre.
Resulta que armas radioactivas se USAn hace rato. El funcionamiento de las centrales nucleares deja como resultado toneladas de basura radioactiva. La ingeniosa solución que han inventado para deshacerse de ella es emplearla como munición.
Municiones de uranio "empobrecido" fueron empleadas en Somalia, Yugoslavia, en la guerra del golfo y se emplean actualmente, por toneladas, en Afganistan e Irak. No solo matan en el momento de ser USAdas, sino que millones de casquillos de bala, cubiertas de vehículos y todo tipo de desechos de guerra siguen activos, irradiando y produciendo enfermedades malignas, inmunitarias y malformaciones geneticas durante miles de años.
¿Quienes recogen del suelo los objetos brillantes para jugar con ellos?
Para colmo de ironía, aquellos soldados que USAron aquel armamento contra personas de las que no sabían nada y a las que jamás habían visto, vuelven a casa como desapacibles veteranos de guerra a enfermar del alma y drogarse hasta el suicidio, enfermar del cuerpo y ser desatendidos por los hospitales o a transmitir un daño genético. Es espeluznante la estadística de nacimientos con malformaciones entre quienes tuvieron hijos despues de participar en la guerra del golfo( mas del60%) mientras su propio gobierno no hace nada por ellos, tiende sobre su suerte el silencio de los medios oficiales y los excluye de la realidad.
Así pagan las corporaciones del petróleo a quienes hacen las guerras en su nombre.
Internet, un mercado persa.
Entrar a internet es como ir a la plaza de mercado, a un sanandresito o a un centro comercial: una multitud de objetos y de mercancías, o un cortejo de signos, se arrojan contra nuestra mirada que apenas distingue entre una cosa y otra.
Lo que más sorprende de entrada es encontrar tantas versiones de la realidad. La enumeración de lo que he encontrado hace a un catálogo de disparates. La semana pasada vi en un blog, una foto de las naves de la federación galáctica sobre los anillos de Saturno.
La realidad y la ficción marchan de la mano y se confunden como gatas siamesas. Ayer se nos repitió hasta el delirio que tal país almacenaba armas de destrucción masiva. Con ese pretexto justificaron la aniquilación de toda una sociedad. Nunca encontraron esas armas ¿y que pasó despues? ¿se retiraron los invasores? ¿repararon los daños?
Nuestro silencio quiere decir que estamos preparados para creer en cualquier cosa.
Lo que más sorprende de entrada es encontrar tantas versiones de la realidad. La enumeración de lo que he encontrado hace a un catálogo de disparates. La semana pasada vi en un blog, una foto de las naves de la federación galáctica sobre los anillos de Saturno.
La realidad y la ficción marchan de la mano y se confunden como gatas siamesas. Ayer se nos repitió hasta el delirio que tal país almacenaba armas de destrucción masiva. Con ese pretexto justificaron la aniquilación de toda una sociedad. Nunca encontraron esas armas ¿y que pasó despues? ¿se retiraron los invasores? ¿repararon los daños?
Nuestro silencio quiere decir que estamos preparados para creer en cualquier cosa.
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